miércoles, 26 de octubre de 2011

Decorando la televisión

El arte de decorar tortas seguramente ha visitado alguna vez nuestro hogar, sobre todo en nuestra infancia cuando festejábamos los cumpleaños con bonetes de cartón y apagábamos las velitas de un pastel puntillosamente decorado. Aquellos mismos pasteles que hacían nuestras madres siguiendo atentamente las instrucciones que la gran Marta Ballina explicaba en los programas de televisión de la tarde.

Hoy, luego de algunos años de haber dejado aquel pasatiempo en el olvido, volvemos a encontrarnos con programas basados en el fondant, los colorantes, las cremas de manteca y los bizcochuelos más esponjosos que puedan existir. ¡La decoración de tortas está otra vez entre nosotros!

Programas televisivos como “Ace of cakes” o “Cake Boss”, se han convertido en dos de los realities más exitosos, basados en mostrar el funcionamiento de una pastelería y los inconvenientes que conlleva cada trabajo a realizar. Frente a cada capítulo, debemos dejarnos sorprender por lo que nos espera, ya que hoy no se trata simplemente de decorar tortas, sino de construir majestuosas obras comestibles -quizá lo que menos importe en estas producciones- que se convertirán en el centro de atracción de la fiesta para la cual “cocinan”.

A la hora de trabajar, no sólo entran en juego los materiales comestibles, sino que se requieren accesorios dignos de un taller de carpintería como taladros, tornillos, placas de madera, tubos de PVC, tuercas y unas manos muy habilidosas para combinar elementos increíblemente diversos y lograr así el “funcionamiento” del producto final.

Hemos visto una caja de Crayola gigante, un Tiranosaurio Rex, una ruleta de casino, trenes, aviones, autos, helicópteros y hasta una vaca en tamaño real que expendía leche chocolatada. Queda así demostrado que absolutamente todo puede ser una torta.
Desde el nacimiento de ambos programas los pedidos de los clientes que concurren a las pastelerías Carlo´s y Charm City Cakes, han ido incrementando su grado de dificultad y rareza. Cada trabajo a realizar se convierte en una especie de prueba de alto riesgo y los malabares que estos cocineros-artistas deberán realizar para concluir sus obras, resultan meramente increíbles y majestuosos. Cada episodio resulta una suerte de clase práctica para los televidentes que, atentamente, seguimos cada paso, cada acierto y cada error cometido con la tensión y expectativa que el espectáculo genera, como si todo fuera en tiempo real.

Quienes nos dedicamos a este arte frecuentemente pasamos por situaciones similares. Cada pedido se convierte en un desafío sobre el cual debemos avocar todo nuestro ingenio y creatividad -y tiempo, sobre todo- para lograrlo; pero es en el resultado final donde volvemos a respirar tras ver la sonrisa del agasajado al sorprenderse con la obra consumada.


Torta elaborada por Charm City Cakes (Ace of Cakes)

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